Después del susto con la cebolla asesina, vamos con una receta más calmadita, sin sobresaltos, masticando bien, y muchas muchas veces…
Sigo con las naranjas sanguinas. Hay que aprovechar mientras esta en los mercados. Esta es una de esas recetas que usan la polenta para un plato dulce. La polenta es un ingrediente básico en la gastronomía italiana, su consumo no solo se reduce a su función como acompañamiento, sino que se ha convertido también en la protagonista del plato, ya sea como base crujiente o como el toque indispensable en una tarta como en este caso. Es básicamente, maíz molido, y en el norte de Italia, la polenta es tan popular que su consumo sobrepasa al de la pasta. Su versatilidad es tan grande que se puede transformar un plato con solo incluirla en la receta. Desde gnocchi de polenta, polenta frita, polenta con queso fundido, en estofados, como relleno de verduras, etc. Existen dos tipos de polenta la que es finamente molida y la que esta medianamente molida, aquí en Inglaterra se encuentra en todos los supermercados, en las dos versiones, además de la versión rápida y la normal. Es uno d esos ingredientes que o te encanta o lo odias, a mi me encanta…
Esta tarta es un bizcocho con pistachos, a la que después de haber sido horneada se baña con un sirope previamente cocinado de zumo de naranja sanguina, lo que le da un color muy atractivo y ese dulzor especial que tienen estas naranjas tan suculentas. Si no encontráis polenta se puede perfectamente sustituir por almendra molida, pero la polenta le da al bizcocho una textura y sabor especiales. La receta original también lleva “sour cream” que se puede traducir por crema acida. También esta se puede sustituir por “buttermilk” o yogur natural. La naranja sanguina no es tan fácil de encontrar así que si tenéis naranjas o mandarinas, el resultado es igualmente delicioso.
300g “sour cream” o “buttermilk” o yogur
125 mantequilla pomada
1 taza (220g) azúcar
2 tazas (300g) harina
½ cucharadita bicarbonato
1 cucharadita polvos de hornear
2/3 taza (110g) polenta molida fina
1 cucharada de ralladura de naranja sanguina
¾ taza (180ml) agua
2/3 taza (100g) pistachos tostados*
Para el jarabe de naranja
1 taza (250ml) zumo de naranja sanguina
1 taza (220g) azúcar
1 palo de canela en rama
Elaboración
Precalentar el horno a 150grados. Engrasar un molde redondo de 20cm.
Mezclar los ingredientes del jarabe en una cacerola pequeña. Llevar a ebullición removiendo al mismo tiempo. Reducir el fuego y cocinar 15 minutos o hasta que el jarabe espese. Colar y enfriar a temperatura ambiente.
Para la tarta, mezclar la “sour cream”, mantequilla, azúcar, la harina pasada por un colador, el bicarbonato, los polvos de hornear, la polenta, la ralladura y el agua en un bol grande. Con la batidora eléctrica, mezclar a velocidad media, o hasta que adquiera un color mas pálido. Anadir los pistachos.
*para tostar los pistachos, extenderlos en una sartén sin aceita y asar a fuego muy lento agitándolos para que no se quemen, o dorarlos en una bandeja al horno unos cinco minutos.
Extender la mezcla en el molde y hornear sobre una hora. Pasado este tiempo, dejar la tarta en el molde por diez minutos. Desmoldar y enfriar en rejilla. Decorar con rodajas finas de mandarina y servir la tarta caliente o fría y acompañada del jarabe.